12 razones por las que no eres un experto en Photoshop (todavía)

//  junio 27, 2016 Categorías:  Tutoriales y Consejos 21 Comentarios

No hace mucho tiempo escribí un tutorial sobre los modos de fusión de capa en Photoshop. En dicho tutorial, comentaba la facilidad que tenemos los usuarios (amateurs y profesionales) para “acomodarnos” a la hora de usar este programa.

Y es que cuando descubrimos este poderoso software del que todos hablan y damos nuestros primeros pasos, todo es ilusión y ganas de aprender. Pero al cabo del tiempo (demasiado pronto), nos damos cuenta de que Photoshop es algo más que “cuatro herramientas” para retocar las fotos de nuestros amiguetes. Y es ahí cuando empiezan los problemas.

De repente, se presentan ante nosotros multitud de parámetros y opciones que nos desbordan. Nos armamos de valor y empezamos a cambiar valores aquí y allá, con la esperanza de ver algún cambio en la imagen que nos diga para qué sirve la dichosa herramienta en cuestión.

No nos engañemos; el 99% de las veces funcionamos mediante el infalible “prueba y error”. Y tenemos que reconocer que la mayor parte de las veces… ¡funciona!

Pero amigos… otras veces no es así. Llega un día en que el método de “lo toco y a ver qué pasa” no nos da el resultado esperado. ¿Y qué ocurre si en ese momento no tenemos a alguien que nos resuelva la duda? ¿Y si además somos tan vagos que el mero hecho de buscar la solución en Google nos da pereza?

Pues, señoras y señores, lo que ocurre entonces es que esa herramienta o ese parámetro se convertirá en el gran desconocido, probablemente, para siempre. Y a partir de ese momento formará ya parte de nuestro arsenal de herramientas olvidadas.

Cada vez que usemos Photoshop, miraremos esa herramienta, opción o parámetro de reojo y haremos como que no lo hemos visto. Será como un fantasma, al que ignoraremos y con el que aprenderemos a convivir.

Lo mejor de todo vendrá cuando un amigo o compañero te pregunte: “Oye, ¿para qué sirve esa opción?”. Y tú le contestarás con condescendencia: “Nada, tranquilo, eso es un tema complicado…”, “No te hace falta…”, “No sirve para nada…”, y respuestas por el estilo.

¡Enhorabuena, te acabas de convertir en el peor profesor del mundo… !

Cómo cuesta admitirlo y decir: “No lo sé…”, ¿verdad?

Pero tranquilos… porque seguro que aprenderemos, con gran gozo, a usar métodos alternativos que nos permitan obtener los mismos resultados en el doble de tiempo (así somos los seres humanos 🙁 ).

Pues bien, amigos y amigas, entre herramientas mal aprendidas como éstas y que enseguida nos apañamos con “cuatro cosillas” para el día a día, nos quedamos con el 10% de lo que Photoshop nos ofece (eso con suerte).

Cuántas veces habré oido a “pseudo-expertos” diciendo: “Eso no se puede hacer con Photoshop…”. Cuando lo que realmente deberían decir es: “No tengo ni idea de cómo se hace…”.

¿Y qué conclusión debemos sacar de todo eso?

Muy simple: aunque lo pienses, NO ERES UN EXPERTO EN PHOTOSHOP.

Ya sé que duele. También sé que mola mucho ponerlo en el currículum y se nos llena la boca al decirlo. Pero aunque nos haga “pupita”, debemos ser humildes y reconocerlo.

Recuerda: la única forma de que empieces a aprender, es que reconozcas que aún te queda mucho camino por recorrer.

Y es aquí y ahora cuando voy a hacer que despiertes

¡COMIENZA EL JUEGO!

Bueno, bueno… si has llegado hasta aquí (cosa que te agradezco en el alma), supongo que es porque estás picado en tu orgullo, o bien porque tienes altos niveles de curiosidad en sangre.

Sea cual fuere la razón ya no hay vuelta atrás. El juego ha empezado y debes terminarlo (como en “Jumanji” 😉 ).

Así que a continuación, te voy a exponer 12 razones, en forma de pregunta, por las que creo que no eres un experto en Photoshop (todavía).

Léelas con detenimiento una a una y pregúntate si, realmente, sabes la respuesta. Sé sincero contigo mismo.

Si no la sabes, no te preocupes. Esto es un tutorial y estamos aquí para aprender, así que te voy a dar todas las soluciones.

Eso sí, ve llevando la cuenta de las preguntas que conoces la respuesta y de las que no. Al final del artículo te daré mi modesta opinión acerca de tu nivel de Photoshop, en función del número de aciertos.

¿Estás listo…? Te recomiendo que vayas al baño antes, por si acaso. Una vez que empieces, repito: ¡no podrás parar!

Y ahora sí… ¡Comienza el juego!

1- ¿Conoces la diferencia entre las propiedades “Opacidad” y “Relleno” del panel de capas?

He querido comenzar la prueba con una pregunta relativamente fácil (así no te desanimas demasiado pronto).

Y digo “fácil”, porque casi seguro que sabes el 50% de la respuesta, ¿verdad?

Todos hemos experimentado prácticamente desde el principio con la propiedad “Opacidad” de una capa (u “Opacity” en inglés). Es sencillo: para valores bajos, los elementos contenidos en la capa se muestran prácticamente transparentes, dejándonos ver los elementos de la capa inferior. Por el contrario, si incrementamos este valor, la capa se vuelve más opaca y los elementos de la capa que hay debajo permanencen ocultos.

Observa la siguiente imagen donde tenemos un cuadrado de color rojo en la capa superior, y un fondo de color verde en la capa inferior. Dado que la “Opacidad” y “Relleno” de la capa superior son del 100%, la parte del fondo verde cubierta por el cuadrado rojo permanece oculta.

opacidad_relleno

Hasta aquí bien. Pero… ¿sabes realmente cómo actúa la propiedad “Relleno/Fill” de una capa?

Pues es muy simple: quizá lo hayas pasado por alto, pero la propiedad “Opacidad” afecta a la transparencia de los elementos de una capa, incluyendo los estilos de capa que tenga aplicados. Sin embargo, la propiedad “Relleno” sólo afecta a la opacidad de los elementos contenidos en la capa, dejando intactos los estilos de capa aplicados.

Para que lo entiendas mejor, volveremos a nuestro cuadrado de color rojo en la capa superior, y el fondo de color verde en la capa inferior. Fíjate bien como hemos aplicado un estilo de capa “Bisel” a la capa que contiene el cuadrado rojo.

opacidad_relleno_bis

Si bajamos el valor de la propiedad “Opacidad” de esta capa superior a 0, el cuadrado rojo y su efecto “Bisel” serán invisibles, y sólo veremos el fondo verde de la capa inferior. Por el contrario, si lo que disminuimos es el valor de la propiedad “Relleno” a 0, el cuadrado rojo de la capa superior será completamente transparente, pero el efecto “Bisel” seguirá siendo 100% visible, junto con el fondo verde de la capa inferior.

¿No te lo crees?… haz la prueba, y pregúntate a tí mismo si has acertado la primera pregunta

2- ¿Podrías definir con exactitud las propiedades básicas del color: tono, saturación y luminancia?

Yo te pregunto esto, y tu me dirás: “Bueno, hombre… con exactitud, con exactitud, no… pero más o menos sé lo que son…”.

Si te suenan estas propiedades vas por buen camino. Pero el definirlas y saber variar sus valores de forma precisa es más complicado de lo que parece.

Para empezar te voy a dar la definición de estas tres propiedades, con mis propias palabras, para que no te quede ninguna duda:

  • “Tono” (o “Hue”, en inglés): hablando de forma simple y llana, es lo que nos permite distinguir un color de otro. Es decir, es el “matiz” que hace posible que reconozcamos un color determinado, y nos permite saber en el círculo cromático, lo lejos o cerca que está ese color respecto a los 3 colores primarios: cyan, magenta y amarillo en el modo sustractivo, o bien rojo, verde y azul en el modo aditivo.
  • El tono de un color viene determinado físicamente por una magnitud llamada “longitud de onda”, de la que seguro que ya has oido hablar antes. Al ser una longitud, la podemos cuantificar con unidades de distancia (metros) . Aunque en este caso hablamos de distancias muy pequeñas: nanómetros (nm). Para que te hagas una idea, el ojo humano puede percibir colores a partir de unos 400nm (color violeta), hasta unos 750nm (color rojo). Para valores por debajo o por encima de estas longitudes de onda, estaremos hablando de los famosos conceptos “ultravioleta” o “infrarrojo”, respectivamente.

  • “Saturación” (o “Saturation”, en inglés): cuando hablamos de la saturación de un color, hablamos de la pureza o intensidad del mismo. Seguro que tú mismo has usado alguna frase muy parecida a ésta: “este color es muy vivo“, o bien: “este otro color está muy apagado“. Cuando hablamos coloquialmente de esta forma, estamos queriendo decir que un color está muy saturado o por el contrario, poco saturado.
  • Un color saturado al 100%, será un color en su máxima pureza, densidad y esplendor. Mientras que un color con una saturación del 0%, será un color blanco, gris o negro.

  • “Luminancia” (o “Luminance”, en inglés): si querías armarte un lío de vocabulario, has llegado al sitio correcto. Y esto es porque en Photoshop, la mayoría de las veces, se usan indistintamente los conceptos “Luminancia/Luminance”, “Luminosidad/Luminosity” y “Brillo/Brightness”.

    No voy a entrar en conceptos físicos de si la “Luminosidad” se mide en candelas (cd) y la “Luminancia” o “Brillo” se miden en cd/m2.

  • Lo que sí te diré es que la relación entre ellos es que la “Luminosidad” o “Brillo” es el equivalente psicológico de la “Luminancia” de un color. Hablando claro: nuestros ojos perciben “Luminancia”. Nuestro cerebro lo interpreta como “Luminosidad” o “Brillo”.

    Así pues, la “Luminancia” de un color se podría definir como la cantidad de luz que se refleja a nuestros ojos, y que nos permite etiquetarlo con adjetivos como: brillante, claro, oscuro… etc.

    Por ello, un color con un 100% de “Luminancia” será un color brillante y puro. Por el contrario un color con un 0% de “Luminancia”, será el negro absoluto: la oscuridad total, vamos.

Ahora que sabes todo esto… ¿cómo podemos variar las diferentes propiedades de un color en concreto? Pues muy simple: no tienes más que abrir el selector de color de Photoshop que verás en la imagen, y que has usado cientos de veces.

opacidad_relleno_bis

Observa la imagen y las indicaciones que he puesto en ella. Pero lo más importante, ¡no pierdas de vista el modelo de color “H, S, B” y sus respectivos valores! De hecho, no en vano, esas iniciales se corresponden con los parámetros “Hue: Tono”, “Saturation: Saturación” y “Brightness: Brillo”:

  • ¿Ves la barra vertical que parece un arcoiris? Pues mediante esa barra controlamos ni más ni menos que el “Tono” o “Matiz” del color. Prueba a mover el deslizador… ¿Ves como cambia únicamente el valor del parámetro “H”?
  • Una vez que hayas seleccionado un “Tono” en concreto, mueve horizontalmente el círculo o puntero dentro del cuadrado de colores (izquierda-derecha). ¿Te das cuenta de que ahora varía el parámetro “S”?
  • Y ahora para terminar, mueve el círculo del cuadrado de colores verticalmente (arriba-abajo). Aunque seguro que ya sabías lo que iba a ocurrir, te anuncio que el parámetro “B”, será el que vaya cambiando solidariamente a medida que subas o bajes el puntero de color.

Y después de esta extensa explicación, reconócelo… ¿tenías realmente clara la diferencia entre “Tono”, “Saturación” y “Luminancia”?

3- ¿Con qué extensión guardarías un archivo de Photoshop de gran tamaño?

A diferencia de lo poderoso que es Photoshop, tu hardware por desgracia no es infinito… Es decir, la velocidad para procesar y editar imágenes está limitada, la mayoría de las veces, por los componentes de nuestro ordenador: CPU, memoria RAM, tarjeta gráfica, tipo de disco duro… y otros dispositivos menos conocidos.

Eso quiere decir que no puedes abrir y trabajar con archivos monstruosos y esperar que todo vaya como la seda.

Los señores de Adobe son conscientes de ello, por lo que han enseñado a Photoshop (no solo a ser lo más eficiente posible), sino a trabajar siempre con la extensión de archivo óptima.

Todos sabemos a estas alturas que la extensión de un archivo estándar de Photoshop es “.psd”.

Pero lo que quizá no sepas es que Photoshop nos recomienda (y llegado el momento nos obliga), a guardar nuestros archivos en un formato de máxima compatibilidad para tamaños grandes. La extensión de este archivo es: “.psb”.

archivo_psb

Si no te has visto obligado nunca a trabajar con carteles de gran formato o bien archivos muy pesados, es posible que no hayas llegado a toparte con este tipo de extensión.

Entonces, ¿para qué sirve exactamente este archivo “.psb”?

Pues muy simple: nos permitirá trabajar con imágenes y archivos de gran tamaño, manteniendo una compatibilidad máxima con los archivos estándar “.psd”. Es decir, prácticamente no vamos a notar ninguna diferencia ya que el sistema de trabajo por capas, interfaz y la gran mayoría de las herramientas funcionarán del mismo modo cuando guardemos nuestro archivo en “.psb”.

Eso sí, no todo va a ser ideal y perfecto: cuando guardemos nuestro trabajo en “.psb”, algunos filtros y efectos dejarán de estar disponibles, así como otras opciones menos conocidas. Y es normal, piensa que si aplicáramos según qué tipo de efectos en un archivo gigantesco, tendríamos un billete asegurado a “villa-cuelgue” 😉 .

Además, cuando entremos en este modo “.psb”, Photoshop exprimirá nuestro hardware y sacará el máximo partido de él para poder manejar de forma eficiente estos archivos “Kingsize”. Así que asegúrate de que tu ordenador tiene los suficientes “arrestos” como para poder enfrentarse a ello.

Y tú te preguntarás ahora… ¿a partir de qué tamaño necesitaremos usar la extensión “.psb”?

De nuevo, te doy la respuesta:

  • Un archivo “.psd” puede soportar hasta 30.000 píxeles tanto de alto como de ancho. Así como un tamaño de archivo máximo de 4GB (aunque yo te recomiendo que a partir de 2GB consideres ya guardar como “.psb”).
  • Una vez superados estos valores, deberemos trabajar obligatoriamente con archivos “.psb”. Eso sí, con un límite de 300.000 píxeles en cualquiera de las dos dimensiones (más que suficiente, créeme).

Y ahora dime… ¿Conocías sinceramente la existencia de este tipo de archivo?

4- ¿Sabes interpretar y utilizar correctamente el Histograma de Photoshop?

Si eres fotógrafo profesional, esta herramienta la tendrás más que superada, ya que formará parte de tu día a día en cada fotografía que hagas o imagen que retoques. De hecho, prácticamente cualquier cámara digital viene con esta funcionalidad incorporada.

Si éste no es tu caso, y el histograma es una de las opciones que sueles pasar por alto en Photoshop, no te preocupes. Ahora tienes la oportunidad de aprender su funcionamiento y aprovecharlo en el futuro.

histograma

El histograma es, ni más ni menos, un gráfico. Y como cualquier buen gráfico que se precie tiene dos ejes de coordenadas:

  • En el eje X (horizontal), se distribuyen los píxeles de la imagen en función de sus valores de oscuridad/luminosidad. Es decir, en la parte izquierda del eje se mostrarán los píxeles más oscuros (sombras). En la parte media del eje encontraremos los píxeles correspondientes a los medios tonos. Y en la parte derecha, tendremos los píxeles con mayores valores de luminosidad.
  • En el eje Y (vertical), se muestra la cantidad de píxeles existentes en nuestra imagen, según los valores de luminosidad del color del eje X.

Para que lo entiendas mejor echa un vistazo a la siguiente imagen, donde te muestro los diferentes histogramas básicos en función de si nuestra imagen está:

  • A → Subexpuesta (predominancia de sombras).
  • B → Correctamente expuesta (equilibrio en el rango tonal).
  • C → Sobreexpuesta (predominancia de luces).

histograma_exposicion

Ya ves que el histograma nos está dado una valiosísima información en tiempo real acerca de si nuestra imagen tiene una iluminación correcta y equilibrada. Como la mayoría de las veces, por desgracia, no será así, sabremos exactamente cómo y dónde tendremos que hacer nuestras correcciones. Y será en ese momento cuando podremos utilizar, con precisión y coherencia, herramientas dedicadas a tal fin como por ejemplo: “Niveles/Levels”, “Curvas/Curves”… etc.

De hecho, el histograma de Photoshop viene con muchas más opciones y filtros para personalizar nuestros resultados, y es que no solo vamos a poder conocer cómo se distribuyen los valores de luminosidad en nuestra imagen. Esta fantástica herramienta nos permitirá además, obtener vistas específicas para los diferentes canales, en función del modo de color de nuestro archivo:

  • Es decir, si estamos trabajando en el modo aditivo, podremos discriminar el resultado de acuerdo al canal RGB en su conjunto, o bien en función de cada color por separado: rojo, verde y azul.
  • Por el contrario, si nuestro archivo gestiona el color de acuerdo al modo sustractivo, podremos filtrar la vista en función del canal CMYK agrupado, o bien de acuerdo a los colores cyan, magenta, amarillo y negro, de forma independiente.

Te recomiendo sin duda que experimentes con esta fantástica y útil herramienta que es el histograma. Te permitirá optimizar tus imágenes de forma profesional, y dejar de trabajar digamos…“a ciegas”.

Visto todo esto, toca reflexionar de nuevo y preguntarte si ya conocías esta ayuda de Photoshop, o bien la acabas de descubrir.

5- ¿Conoces realmente cómo funcionan los 27 modos de fusión de capa?

Si lees mis artículos y tutoriales (cosa que te agradezco de verdad) este apartado ya lo tienes aprobado. Y es que, si recuerdas, el pasado 22 de Febrero publiqué este post donde explicaba paso a paso y con todo detalle, cómo funcionan todos los modos de fusión de capa en Photoshop.

Es un tutorial extenso, y es que el tema en cuestión lo merece. No en vano, el dominio de los diferentes modos de fusión de capa es una poderosa y útil herramienta a la hora de crear grandes diseños.

modos_fusion_capa

En caso de que aún no hayas leído este artículo, te voy a plantear, con tu permiso, algunas cuestiones para que descubras si realmente dominas los modos de fusión de capa:

  • ¿Sabes cómo se agrupan los diferentes modos de fusión?
  • ¿Conoces la diferencia que existe entre “Oscurecer” y “Color más oscuro”?
  • ¿Puedes predecir, antes de verlo, el resultado de aplicar “Superponer” o “Trama”?
  • ¿Habías oído hablar de las fórmulas matemáticas que rigen el comportamiento de los modos de fusión?
  • ¿Qué significa que un modo de fusión es conmutativo?

Si has podido contestar correctamente a todas estas preguntas, enhorabuena. Tienes todas las papeletas para dar este punto por superado.

En caso de que todo esto “te suene a chino”, te recomiendo que dediques unos minutos a leer este tutorial y te anotes este apartado como “prueba no superada…” 🙁 .

6- ¿Sabrías hacer que Photoshop trabajara por tí en tareas repetitivas?

No te hagas ilusiones en este punto, amiguete. No esperes cruzarte de brazos y que Photoshop diseñe y dibuje por ti ese cartel publicitario urgente, mientras tú estás tumbado en el sofá viendo tu serie favorita.

La inteligencia artificial de Photoshop no puede sustituir a la mente creativa de un buen diseñador (todavía). No siquiera a la de un mal diseñador 😉 .

Pero lo que sí puede hacer Photoshop por nosotros es librarnos de tareas tediosas y repetitivas, que no requieren ninguna imaginación.

¿Y cómo podemos conseguir esto? Pues muy simple: mediante el uso de la herramienta conocida como “Acciones”.

acciones

Y es que, como su nombre indica, esta fantástica herramienta nos permitirá ejecutar una tras otra una serie de acciones en un orden determinado, y solo con un click de ratón. Tan solo tendremos que enseñarle a Photoshop una sola vez lo que debe hacer. Y es que Photoshop es un alumno modelo…

El procedimiento básico para programar una acción es el siguiente:

  1. Lo primero que tendremos que hacer es mostrar el panel de acciones. Para ello, puedes ir a la barra de menús: “Ventanas -> Acciones”, o bien pulsar Alt+F9.
  2. Una vez hecho esto, aparecerá nuestro panel y lo más probable es que ya se muestren una lista de acciones predeterminadas y que podríamos usar inmediatamente.
  3. Para empezar a programar una nueva acción, podemos ir a la pestaña de opciones desplegable de la parte superior, o bien a la parte inferior de nuestro panel y clickar en “Crear acción nueva”.
  4. Photoshop nos preguntará entonces cómo queremos llamar a nuestra nueva acción, elegir una tecla de función de acceso rápido, y otra serie de opciones…
  5. En cuanto introduzcamos esta información y pulsemos el botón de “Grabar”, el círculo indicativo de grabación de la parte inferior del panel se mostrará ahora en rojo, indicando que la grabación de acciones ha comenzado.
  6. Es ahora cuando con calma debes empezar a realizar todas las acciones que quieras que Photoshop memorice en el orden deseado: transformar objetos, usar la varita mágica, cambiar el tamaño de la imagen, modificar propiedades de capa… incluso podrás automatizar comandos como “Guardar como”. Es decir, podrás utilizar la mayor parte de órdenes y herramientas disponibles de tu día a día.
  7. Una vez hayas completado el proceso a tu gusto, no tienes más que pulsar el botón de “Detener reproducción/grabación”, representado por el típico cuadrado de “Stop”.
  8. ¡Enhorabuena! tu acción se ha grabado satisfactoriamente. Cuando quieras hacer uso de ella, no tienes más que ir al listado de acciones guardadas, seleccionar la que necesitas en ese momento y pulsar el botón de “Ejecutar selección” (el clásico botón de “Play”).
  9. ¿Has terminado de grabar una acción y te has dado cuenta de que el orden de comandos que has utilizado no es el correcto? ¿O bien quieres eliminar una parte de todo el proceso? No hay problema: si abres el desplegable de cada acción guardada, verás cómo puedes arrastrar todas las herramientas o comandos utilizados en la acción y modificar su orden, así como dejarlos inactivos o borrarlos definitivamente.

¿Te imaginas las infinitas posibilidades que te ofrece Photoshop con esta herramienta? Seguro que ahora que ya la conoces mejor, se te ocurren unas cuantas…

Si no has descubierto nada nuevo en este apartado, apúntate un tanto. En caso contrario, no desesperes, quizá tengas más suerte en el siguiente

7- ¿Has utilizado alguna vez una capa de ajuste y relleno?

Si ya llevas un tiempo utilizando Photoshop, seguramente sabrás cambiar la saturación del color de una capa, modificar sus niveles o includo aplicar un filtro fotográfico.

Pero lo que quizá no sepas es que, dependiendo del método que utilices, estas acciones son permanentes y una vez realizadas la única forma de deshacerlas es mediante el historial.

¿No sería maravilloso que pudiéramos cambiar estos ajustes en cualquier momento?

Y digo más… ¿Te imaginas que pudiéramos corregir cualquier valor aplicado anteriormente de color, exposición o brillo, incluso la próxima vez que abramos nuestro archivo?

Pues deja de imaginar y vuelve a la realidad, porque con Photoshop todo esto es posible.

Y es que, gracias a las capas de ajuste y relleno, podemos realizar de forma no destructiva modificaciones en prácticamente todos los parámetros que afectan al color de una capa.

Supongamos que tenemos una capa que contiene una fotografía tomada con nuestra cámara digital. Lo más normal del mundo es tener que ajustar el brillo, contraste o algún matiz de color para que luzca lo mejor posible… ¿cierto?

Pues bien, en lugar de ir a la barra de menús: “Imagen -> Ajustes” y empezar a hacer cambios permanentes, lo más inteligente será ir al panel de capas y buscar en la parte inferior un símbolo con un círculo relleno a medias.

capas_ajuste_relleno

Una vez pulsado, se abrirá ante tí un extenso abanico de opciones ya conocidas y que puedes aplicar a tu fotografía: color uniforme, degradado, brillo, niveles, exposición, filtros fotográficos… etc.

Lo mejor de todo es que puedes ir apilando tantas capas de ajuste como necesites, modificar el orden de aplicación, e incluso activarlas y desactivarlas para ir viendo el resultado final.

Una cosa que tienes que tener en cuenta es que, si no lo especificas, las capas de ajuste afectarán a todas las capas que tengan por debajo.

Para hacer que solo una capa en concreto se vea afectada por la capa de ajuste, deberás llevar dicha capa inmediatamente debajo de la capa de ajuste en cuestión y situar el ratón en la línea divisoria de ambas capas. A continuación, pulsa simultáneamente: Alt+Shift. En ese momento aparecerá una flecha en ángulo y un cuadrado. Ahora no tienes más que pulsar (¡sin soltar las teclas!) el botón izquierdo del ratón y lo habrás conseguido: la capa o capas de ajuste sólo aplicarán las modificaciones a esa capa en concreto.

Por supuesto, y con el mismo procedimiento, podrías ir apilando todas las capas destino que quieras que se vean afectadas por la capa de ajuste.

Y tu ahora te preguntarás… si existen las capas de ajuste y relleno ¿para qué sirven las opciones de “Imagen -> Ajustes”?

La respuesta es muy sencilla: sólo debes utilizar las capas de ajuste y relleno en aquellas capas en las que realmente necesites almacenar estos parámetros para el futuro inmediato o lejano. ¿Y por qué? pues porque el hecho de obligar a Photoshop a tener que memorizar y almacenar estas capas de ajuste, supone un consumo extra de recursos en tu ordenador. Sobre todo, memoria RAM y disco duro. Y la memoria RAM es algo que, normalmente, no suele sobrar cuando usamos este programa.

Así que plantéate si realmente necesitas usar capas de ajuste o bien puedes utilizar otras opciones que consumen menos recursos.

En el caso de que vayas justito de memoria RAM y necesites utilizar inicialmente capas de ajuste, te recomiendo que una vez hayas conseguido el resultado deseado, colapses las capas de ajuste y capas destino en una sola capa. Eso te ayudará a que Photoshop vaya más ligero y a que tu archivo ocupe menos espacio en disco.

Y una vez dicho todo esto, te toca de nuevo valorar si ya dominabas esta técnica de edición o, por el contrario, acabas de descubrirla.

8- ¿Eres consciente de las ventajas de usar Objetos Inteligentes frente a elementos rasterizados?

De todas las preguntas de este artículo, quizá ésta sea una de las más sencillas.

Aunque eso no quiere decir que conozcas todas las posibilidades que nos ofrecen los “Objetos Inteligentes” (u “Smart Objects”, en inglés). De hecho, es probable que algunos de vosotros no los hayáis utilizado nunca.

Un objeto inteligente, como su nombre indica, nos predispone de antemano a pensar que posee una serie de ventajas y funcionalidades extra sobre los elementos rasterizados. Y, efectivamente, es así.

Para que empieces a entender el concepto, lo primero que debes saber es cómo crear estos objetos inteligentes. Y, como suele ocurrir en Photoshop, siempre hay varias formas de obtener el mismo resultado.

El modo más sencillo es ir al panel de capas, poner nuestro ratón encima de una de ellas, y hacer click en el botón derecho. En ese momento, deberemos elegir de entre todas las opciones del desplegable: “Convertir en objeto inteligente”. De hecho, podrías seleccionar varias capas simultáneamente y crear un solo objeto inteligente de un plumazo. Pero… ¡cuidado!, si estás utilizando efectos de capa, éstos se colapsarán al crear nuestro objeto inteligente, dejando ya de ser editables.

objeto_inteligente

Otra forma que tenemos de crear directamente objetos inteligentes es mediante el comando del menú: “Archivo -> Colocar”. Es decir, los nuevos objetos que “coloquemos” en Photoshop ya serán objetos inteligentes, sin tener que hacer nada más. Eso sí, siempre y cuando lo tengamos configurado de tal forma en las preferencias de nuestro programa.

Y ahora sí, ha llegado el momento de que conozcas algunas de las posibilidades extra que nos ofrecen los objetos inteligentes. Posibilidades que los hacen únicos e imprescindibles, en muchos casos:

  • Preservar la calidad de la imagen: ésta es, sin duda, la característica por excelencia de los objetos inteligentes. El realizar todo tipo transformaciones, como por ejemplo: “Escalar”, provoca que los elementos raster pierdan calidad progresivamente.
  • Esto no ocurre cuando trabajamos con objetos inteligentes, ya que mantienen indefinidamente la información y calidad adquirida en el momento de su creación. Mucho ojo… eso no quiere decir que sean objetos “vectoriales”: si tienes la infeliz idea de escalar un objeto inteligente más allá de su 100% de tamaño original, verás con tristeza que comienza a pixelarse (salvo que hayas creado realmente un objeto vectorial en Photoshop o lo hayas importado de otro programa).

  • Posibilidad de crear “instancias” del mismo objeto: no te asustes por la palabreja, es más sencillo de lo que parece… Supongamos que tienes un objeto inteligente en una determinada capa. La forma más rápida de crear una “instancia” del mismo es clickar el botón derecho del ratón sobre dicha capa y seleccionar: “Duplicar capa”. ¡Enhorabuena!, ya has creado tu primera “instancia”.
  • La ventaja de trabajar con “instancias” de un objeto inteligente es que si modificamos el objeto inteligente original, todas sus “instancias” se actualizarán automáticamente con dichos cambios.

    ¿Y cómo modifico el objeto inteligente original? Pues muy sencillo: no tienes más que hacer doble click sobre el thumbnail de cualquiera de las capas que has “instanciado”. En ese momento, se abrirá un archivo independiente que contendrá nuestro objeto inteligente primigenio. Ahora, ya puedes hacer todos los cambios que quieras en este archivo aparte. Cuando hayas terminado de editarlo, solo debes cerrarlo y guardar los cambios. Verás entonces como todas sus “instancias” (o copias) tienen la nueva apariencia. ¿Genial, no?

  • Enlazar a objetos externos: una característica también muy útil e interesante. Recuerda que al principio de este apartado, te comentaba que podíamos colocar directamente objetos inteligentes en nuestro archivo, siempre y cuando así lo tuviéramos configurado en nuestras preferencias. Pues bien, has de saber además que hay dos formas básicas de colocar elementos dentro de Photoshop.
  • Y es muy importante que pienses de antemano cuál vas a necesitar, ya que cada una tiene sus ventajas e inconvenientes:

    • Colocar elementos incrustados: esta opción nos permitirá incluir dichos elementos eliminando cualquier vínculo o relación con el archivo externo. La ventaja de este método es que nuestro fichero de Photoshop contendrá toda la información e imágenes sin necesidad de tener que recurrir a otros archivos ajenos al mismo. La desventaja, evidentemente, es que al incrustar nuevos elementos, el tamaño de nuestro archivo aumentará.
    • Colocar elementos enlazados: esta opción es la que hace especiales a los objetos inteligentes. Gracias a este método, podremos mantener en todo momento el vínculo de información con el archivo externo enlazado. Eso quiere decir que si dicho archivo externo es modificado por cualquier motivo, los cambios se verán reflejados en nuestro fichero de Photoshop. La principal ventaja no es solo dicha automatización, sino el consiguiente ahorro de tamaño y peso de nuestro fichero. Eso sí, ¡mucho cuidado…! si pierdes el archivo enlazado, o mandas a alguien el fichero de Photoshop sin dicho archivo adjunto, tú o tu destinatario obtendréis un simpático aviso de que habéis perdido algo
  • Utilizar efectos y máscaras inteligentes: sin duda, otra magnífica ventaja de usar objetos inteligentes. Esto significa, nada más ni nada menos, que si aplicamos filtros y efectos a una capa que contiene un objeto inteligente, estos filtros y efectos se convertirán automáticamente también en inteligentes, y se irán apilando uno a uno bajo dicha capa y podrán ser editados, reordenados, desactivados o eliminados en cualquier momento. Incluso después de cerrar y volver a abrir nuestro archivo. Algo que no ocurre en el caso de objetos raster.
  • Espera, espera… ¡tiempo muerto! Pero esto que acabamos de explicar… ¿no es lo mismo que las capas de ajuste y relleno del punto anterior? Pues en parte sí. Pero la gran diferencia radica en que con los efectos y filtros inteligentes solo podemos afectar a una sola capa cada vez, mientras que con las capas de ajuste y relleno podemos extender el alcance a múltiples capas al mismo tiempo, si así lo queremos. Por otro lado, recuerda que las capas de ajuste y relleno solo nos permiten modificar aspectos del color, mientras que con los efectos y filtros inteligentes tenemos una paleta mucho más amplia de transformaciones.

    Si a esto le sumamos que podemos crear máscaras de capa y hacer que nuestros efectos y filtros se apliquen solo a la región contenida de nuestro objeto inteligente, las posibilidades de edición aumentan exponencialmente.

Pero cuidado: al igual que con las capas de ajuste y relleno, el abusar de objetos inteligentes, incrementará el tamaño de nuestro archivo y el uso de memoria RAM, así que úsalos siendo consciente de ello.

Y ahora toca reflexionar acerca de si, realmente, conocías todas las ventajas y posibilidades que nos ofrecen los objetos inteligentes.

9- ¿Qué diferencia hay entre “Opacidad” y “Flujo” en la herramienta Pinceles?

De nuevo nos encontramos ante dos parámetros que, aparentemente, hacen lo mismo y a simple vista no tenemos ni idea de en qué se diferencian: “Opacidad” y “Flujo” (u “Opacity” y “Flow”, en inglés).

Como comprenderás, aunque parezcan iguales, los señores de Adobe les han dado a cada uno funciones distintas. Eso sí, la diferencia es bastante sutil como para que resulte evidente.

Por cierto, los valores de “Opacidad” y “Flujo” no solo están presentes en los “Pinceles” clásicos, sino también en otras herramientas como: “Tampón de clonar”, “Tampón de motivo”, “Pincel de historia”… etc.

Y… ¿Para qué sirve cada uno? ¿Podemos usarlos indistintamente?

Pues valora tu mismo, con lo que te voy a contar a continuación:

  • El valor de “Opacidad”, como seguro que ya sabrás, controla la transparencia del motivo plasmado con el pincel elegido: para valores altos de opacidad, el pincel es más denso, mientras que para valores bajos, el resultado es casi transparente. Hasta aquí bien. Pero lo que quizá no hayas visto, es que si vuelves a pasar tu pincel por encima de un trazo que acabas de crear, no incrementas la densidad del resultado. Es decir, no vas acumulando los trazos: la opacidad resultante permanece siempre igual sin importar las veces que vuelvas a pasar por encima.
  • Pero cuidado… esto se cumple siempre y cuando no sueltes el ratón mientras vas acumulando los trazos. Si dejas de presionar el ratón y vuelves a dibujar nuevos trazos con el pincel, sí que vas a conseguir que se vayan acumulando sus densidades, a medida que pases por encima de otros trazos ya creados. Con lo que al final, tendrás partes en tu dibujo con diferentes opacidades.

  • El parámetro de “Flujo” funciona de manera similar al de “Opacidad”: también controla la densidad del motivo del pincel. La gran diferencia es que, en este caso, los trazos se irán acumulando sin necesidad de que sueltes el ratón. Es decir, podrás conseguir, directamente, partes más o menos densas.

pinceles_opacidad_flujo

Ya ves que esta sutil diferencia finalmente resulta muy evidente una vez visto el resultado.

Y ahora yo te pregunto… ¿puedes afirmar que conocías la respuesta a este apartado?

10- ¿Habías oído hablar de las opciones de fusión avanzada de capa?

Si tuviera que elegir el punto más complejo de todo el tutorial, sin duda, sería éste.

No en vano, casi el 90% de los usuarios de Photoshop pasan por alto las opciones de fusión avanzada de capa. Y esto es debido a lo complejo que puede resultar, a simple vista, el entender su funcionamiento.

Voy a tratar de no extenderme demasiado en este apartado, ya que en un próximo artículo trataré de explicártelo con todo detalle y ejemplos descriptivos. Pienso que es un tema que merece su propio tutorial dedicado.

La forma de acceder a las opciones avanzadas de capa es tan fácil como hacer doble click sobre una capa en cuestión. En ese momento, se abrirá ante nosotros un panel muy conocido: nuestro panel de estilos de capa.

fusion_avanzada_capa

A la izquierda, como siempre, tenemos nuestros efectos de: “Bisel y relieve”, “Trazo”, “Sombra interior”, “Resplandor interior”, “Satinado”, “Superposición de colores”… etc.

A la derecha en cambio tenemos las “Opciones de fusión”, y es donde quizá las cosas ya empiezan a complicarse progresivamente.

Así que voy a tratar de darte unas pinceladas rápidas de cada opción disponible, para que vayas “abriendo boca”, hasta un próximo tutorial más extenso sobre este tema:

  • Fusión general: empezamos fácil y bien, porque en esta parte tenemos nuestros más que conocidos 27 modos de fusión de capa, así como su opacidad dedicada. Si has llegado hasta aquí, y leíste mi post del pasado 22 de Febrero, este punto lo tienes más que superado.
  • Opacidad de relleno: bueno, no hay problema. Aunque hemos entrado en el terreno de fusión avanzada, gracias a este tutorial ya conoces la diferencia entre opacidad general y opacidad de relleno.
  • Canales: mediante esta opción, podremos actuar sobre los diferentes canales de color de nuestra capa. Si estamos trabajando en el modo aditivo, ya sabes que tendremos disponibles los canales R, G, B. Por el contrario, si nos encontramos en el modo sustractivo, podremos actuar sobre los canales C, M, Y, K. En el caso de que optes por archivos con un modo de color diferente (escala de grises, LAB, mapa de bits… etc), te animo a que descubras por tí mismo los canales disponibles.
  • Como verás, cada canal puede activarse y desactivarse de forma independiente. A medida que vayas deshabilitando canales, la imagen fusionada de la capa actual y las capas subyacentes se compondrá del resto de canales disponibles.

  • Cobertura (“Knockout”, en inglés): mediante este parámetro podremos seleccionar sobre qué capa subyacente vamos a realizar nuestra fusión. Las opciones disponibles son:
    • Ninguna: es la opción por defecto, y la capa afectada será la inmediatamente inferior a nuestra capa principal.
    • Superficial: en este caso, la capa afectada será la inmediatamente inferior al grupo donde se encuentre nuestra capa principal.
    • Profunda: como su nombre indica, ahora vamos hasta el fondo… y es que la capa con la que vamos a fusionar será, ni más ni menos, que la capa que esté establecida como “fondo” o “background”.

    Ten en cuenta que para que estos efectos sean perceptibles, deberemos tener valores de opacidad de relleno inferiores al 100%, ya que el parámetro de “Cobertura” no actúa sobre la opacidad general de la capa.

  • A continuación nos encontramos con 5 opciones que podemos activar o desactivar por separado, y mediante las cuáles especificaremos el alcance de las opciones de fusión:
    • Fusionar efectos interiores como un grupo: por defecto, estará desactivada. En el caso de que la habilitemos, el modo de fusión de capa se aplicará a todos los efectos que modifican los píxeles opacos. Es decir: “Resplandor interior”, “Satinado”, “Superposición de colores” y “Superposición de degradado”.
    • Fusionar capas recortadas como un grupo: en este caso, se trata de una opción activada por defecto. Gracias a ella, el modo de fusión de la capa base se aplicará a todas las capas de la máscara de recorte. Si deshabilitamos esta opción, se mantendrá el modo de fusión y apariencia original de cada una de las capas del grupo.
    • Capa de formas de transparencia: mediante esta opción (también habilitada por defecto) podremos restringir las coberturas y los efectos de capa a las áreas opacas de la capa. En caso de que deseleccionemos esta opción, los efectos se aplicarán a toda la capa.
    • Máscara de capa oculta efectos: habilitando esta parte (desactivada por defecto), podremos restringir los efectos de capa al área definida por la máscara de capa.
    • Máscara vectorial oculta efectos: finalmente, esta opción restringirá los efectos de la capa al área definida por la máscara vectorial. También se trata de una preferencia deshabilitada por defecto.
  • Y ya casi para terminar este apartado, llegamos a las opciones que nos permitirán especificar la gama tonal de nuestras capas a fusionar:
    • Fusionar si: por defecto, cuando aplicamos un modo de fusión a una capa, dicho modo se aplica por igual a todos los canales de color. Éste sería el caso por defecto, y que se correspondería con la opción “Gris”. Sin embargo, también podríamos discriminar por un color de canal individual (R,G,B) o (C,M,Y,K), para centrar la fusión en ese canal en concreto.
    • Esta capa: gracias a los reguladores móviles que encontramos en esta parte, podremos especificar el rango de píxeles de la capa activa que participarán en la fusión. Es decir, que aparecerán en el resultado final. A medida que arrastremos el deslizador negro hacia la derecha, todos los píxeles de la capa actual que tengan valores de luminosidad inferiores, desaparecerán. Del mismo modo, si arrastramos el deslizador blanco hacia la izquierda, todos los píxeles de nuestra capa con valores de luminosidad superiores al especificado, también se excluirán de la fusión.
    • Capa subyacente: en este caso, los reguladores nos van a permitir que los píxeles de las capas inferiores se muestren a través de nuestra capa principal. Es decir, los píxeles de las capas subyacentes con valores de luminosidad inferiores al del deslizador negro, serán visibles y pasarán por encima de la capa activa. Los píxeles de las capas inferiores cuya luminosidad sea superior a la del deslizador blanco, actuarán del mismo modo. Esto creará la sensación de que en la capa principal, se crean agujeros y manchas que nos permiten ver las capas inferiores.

Por supuesto, una vez que hayas obtenido un resultado satisfactorio con todos estos parámetros y opciones de capa, puedes crear y guardar un estilo nuevo para tenerlo disponible siempre que lo necesites.

Repito que esta parte del artículo es lo suficientemente compleja como para dedicarle un tutorial dedicado en el futuro. De hecho, si me dices que ya la dominabas con soltura antes de leer mi tutorial, casi te podría asegurar que estas muy cerca de ser un verdadero experto en Photoshop.

11- ¿Sabrías crear en Photoshop tus propios pinceles y motivos?

Para no agobiarnos demasiado, este apartado he preferido que sea más ligero y ameno que el anterior…

Hace un rato hablábamos sobre los “Pinceles”. La verdad es que son una herramienta con un sinfín de posibilidades y que nos permiten llevar nuestros diseños a otro nivel.

Tampoco debemos olvidarnos de los “Motivos” (también llamados “Patrones”), que, aunque menos utilizados que los pinceles, también pueden resultarnos de gran utilidad a la hora de plasmar nuestras creaciones.

Photoshop, que piensa en todo, ya viene provisto de serie con un buen surtido de pinceles y motivos variados. Así que, la mayoría de las veces, no necesitaremos más.

Pero es cierto que no está de más el ampliar nuestra biblioteca con otros nuevos, que nos permitan experimentar y conseguir resultados más avanzados.

La forma más sencilla, sería buscarlos en internet y cargarlos en nuestro programa. Bien, correcto.

Pero, ¿No te gustaría crear y poder utilizar pinceles y motivos diseñados por tí mismo? Seguro que sí…

Pues tengo buenas noticias, porque el proceso no puede ser más sencillo.

Tanto en el caso de que quieras crear un nuevo pincel como un nuevo motivo, lo único que tienes que hacer es realizar el dibujo que quieras en tu lienzo. Así de simple. Es más, podrías usar incluso una fotografía que ya tengas, o cualquier otra imagen del tipo que sea.

Cuando ya estés satisfecho con tu nuevo pincel o motivo, no tienes más que guardarlo para usarlo cuando quieras.

Y… ¿cómo hacemos esto? Pues de una forma muy sencilla y rápida:

  • En el caso de que quieras almacenar tu creación como un pincel, tendrás que ir a la barra de menús y elegir: “Editar -> Definir valor de pincel” (o “Edit -> Define Brush Preset”, en inglés), y darle el nombre que quieras.
  • Si lo que quieres guardar es un motivo, de nuevo tendrás que ir a la barra de menús y seleccionar ahora: “Editar -> Definir motivo” (o “Edit -> Define Pattern”, en inglés), y, de nuevo, asignarle un nombre.

pinceles_motivos

¡Listo! Ya tienes tu pincel o motivo totalmente personalizado y listo para utilizar. El resultado dependerá de lo hábil y artista que hayas sido a la hora de dibujar cualquiera de los dos.

Eso me da pie a darte un último consejo: si lo que quieres crear es un motivo, ten en cuenta que cuando lo apliques, éste va a repetirse tanto horizontal como verticalmente para poder rellenar el área necesaria. Por lo tanto sé cuidadoso y despierto a la hora de dibujarlo, de forma que cuando éste se clone, el resultado sea un patrón continuo y sin saltos. Te recomiendo que veas los motivos que vienen por defecto en Photoshop, ya que te resultarán de gran ayuda a la hora de definir los tuyos propios.

Y ahora la pregunta obligada… ¿Habías creado antes pinceles o motivos de tu propia cosecha?

12- ¿Has programado o utilizado alguna vez “Scripts” en Photoshop?

He querido dejar para el final una de las funcionalidades más desconocida de Photoshop: los “Scripts” o “Secuencias de comandos”.

Y tu te preguntarás… ¿qué es un “Script”? Pues ni más ni menos, es un algoritmo (secuencia de comandos) que podemos lanzar desde Photoshop y que nos va a permitir ejecutar una serie de órdenes y funciones determinadas.

Vaya, vaya… ¡Ésto se parece mucho a la herramienta de “Acciones”!

Pues sí, su finalidad es la misma: llevar a Photoshop un paso más allá de lo que las herramientas convencionales nos permiten.

Sin embargo, debes tener en cuenta que los “Scripts” nos permitirán llegar mucho más lejos que las “Acciones”. Y es que, gracias a estas “Secuencias de comandos”, podremos utilizar en nuestro provecho toda la potencia y versatilidad de un lenguaje de programación (usar condicionales lógicos, bucles, contadores…) e incluso interactuar con otros programas de Adobe como Illustrator.

Y llegados a este punto, es bueno que sepas que para crear “Scripts” en Photoshop, debes tener conocimientos de programación. En concreto: AppleScript o JavaScript si eres usuario de Mac OS, y JavaScript o VisualBasic si lo tuyo es Windows. Y la utilidad con la que Adobe nos permite generar “Scripts” para Photoshop se llama: “Adobe ExtendedScript Toolkit”.

Pero no desesperes… si generar código no es lo tuyo, todavía puedes aprovechar lo que los “Scripts” nos ofrecen gracias a las “Secuencias de comandos” que Photoshop trae por defecto. Y no solo eso, también puedes ejecutar “Scripts” que otros usuarios más avanzados de Photoshop hayan tenido a bien compartir con la comunidad.

La forma de ejecutar un determinado “Script” es muy sencilla: debes ir a la barra de menús: “Archivo -> Secuencias de comandos”. Allí podrás ver todos los “Scripts” que tienes a tu disposición: tanto los que Photoshop te ofrece de serie, como los que has guardado en la carpeta de “Presets”, por tu cuenta y riesgo.

scripts

No voy a asustarte o aburrirte más con este apartado, ya que no tiene sentido (por ahora) profundizar más en un tutorial que no está dedicado a la programación. Quizá en futuros posts…

Lo que sí quería transmitirte con este punto, es lo completo y avanzado que puede llegar a resultar Photoshop y, muchas veces, desconocido

Y ahora preguntate a tí mismo, y ya por última vez, si tenías alguna idea remota de lo que es un “Script” en Photoshop

COMPRUEBA TUS RESULTADOS

Bueno… ya hemos llegado al final de este examen/tutorial. Ya puedes tomarte un merecido descanso.

Quizá algunas preguntas os hayan resultado demasiado complejas a muchos de vosotros. Pero… ¿qué esperabais? Se trata de ponerte a prueba y ver si realmente eres un experto en Photoshop.

Como comprenderás, no se trataba de preguntarte cómo se usa la “Varita mágica”, o si te resulta más o menos divertida la herramienta “Licuar”

Por supuesto, hay cuestiones mucho más complejas que podríamos haber incluido en este artículo, pero se trata de que resulte ameno y didáctico al mismo tiempo.

Si has sido sincero y has ido llevando la cuenta de tus aciertos, estarás deseando saber qué nivel de dominio de Photoshop tienes realmente:

nivel_1
12 aciertos → En pocas palabras, eres todo un experto. El conocer las respuestas a las 12 preguntas (algunas bastante rebuscadas, por cierto), no deja lugar a dudas. Mi más sincera enhorabuena.

nivel_2
De 10 a 11 aciertos → Aunque no hayas conseguido el 100%, no tienes que avergonzarte en absoluto. Tengo muy claro que eres un todo guerrero y que estás bastante “curtido” en estas lides.

nivel_3
De 7 a 9 aciertos → Bueno, no está mal. Muchas de las preguntas no eran en absoluto sencillas, así que tienes que estar orgulloso. Con un poco más de dedicación, podrás sin duda subir de nivel.

nivel_4
De 5 a 7 aciertos → Estás en un nivel medio, como la mayoría de usuarios de Photoshop. ¡Ánimo!, porque estás en un punto de partida perfecto para empezar a mejorar.

nivel_5
De 1 a 5 aciertos → Estoy seguro de que has manejado Photoshop alguna vez, aunque “mucho que aprender aún tienes, mi joven Padawan”. No desesperes. El experto no nace, se hace

nivel_6
Ningún acierto → Como diría aquél: “Está la cosa mu mala…”. Estoy seguro de que tienes muchas cualidades y virtudes, pero por desgracia Photoshop todavía no es una de ellas. Regocíjate, porque solo puedes ir a mejor.

Algo que tienes que tener muy claro es que, independientemente de la puntuación que hayas obtenido, y por el mero hecho de haberlo intentado, te mereces todo mi respeto y eterno agradecimiento.

Mi intención no era otra que abrir tu mente, ayudarte a subir un peldaño más en tus conocimientos de Photoshop, y que puedas llegar a ser mejor diseñador. Además de pasar un buen rato, por supuesto…

Así que, si este tutorial te ha resultado útil, compártelo con tus compañeros y amigos, por favor.

¡Ah!, y no olvides hacer cualquier pregunta, comentario o sugerencia que se te ocurra. Serán más que bienvenidos.

De nuevo, gracias por haber llegado hasta aquí, y… ¡nos vemos pronto!

=======================